El coronavirus se está propagando rápidamente entre las poblaciones indígenas de Brasil, donde las muertes causadas por la enfermedad aumentaron más de cinco veces en el último mes, según datos recopilados por una asociación nacional de pueblos originarios. Muchos epidemiólogos esperaban que los lugares remotos donde se encuentran estos grupos los pudieran proteger, pero el virus, que se extendió primero en las grandes capitales de Brasil, Sao Paulo y Río de Janeiro, está devastando cada vez más estas comunidades remotas donde la atención médica básica a menudo es precaria. Para muchos indígenas, se trata de una situación que se remonta a un pasado oscuro.
Cuando los europeos navegaron por primera vez los ríos de la selva amazónica, la viruela diezmó las tribus locales. Más tarde, los recolectores de caucho, los mineros de oro y los colonos llevaron malaria, sarampión e influenza. Ahora es la covid-19. Las muertes entre las poblaciones indígenas de Brasil aumentaron a 182 el 1 de junio, desde el 28 a finales de abril. En la aldea de Sororó, en el sureste de Pará, el miembro de la etnia Itamaré Surui dijo que la gente se estaba enfermando, pero el Gobierno no había proporcionado test para confirmar si tenían covid-19. “Me siento mareado por la fiebre y los dolores de estómago. Muchos están enfermos en el pueblo y no tenemos ayuda”, dijo.
Las cifras oficiales proporcionadas por el gobierno de Brasil sitúan el número de muertos en 59, ya que solo clasifican las muertes indígenas como las que ocurren en reservas, pero no las de aquellos que han emigrado a las ciudades. (Reuters)